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Dos negros colombianos bien dotados

 
Post #1


Dos negros colombianos bien dotadosDesde chica, siempre había tenido la clásica fantasía femenina de estar con un negro; pero un negro de esos con una verga oscura gigantesca; tan grande y dura, que me hiciera doler al cogerme?Siempre me preguntaba si el famoso mito sería verdad; si realmente tenían esas vergas negras enormes como se veían en los videos porno?Pensaba qué se sentiría al tener una de esas tremendas pijas en la boca y ni hablar enterrada hasta el fondo de la concha?También quería ser acariciada por un negro.Una amiga de la secundaria decía que los negros tenían un olor particular, casi desagradable; pero a mí eso no me importaba. Quería sentir ese olor a macho que se impregnara en mi piel transpirada de tanto coger con uno de ellos?Un día publiqué en un sitio de citas en internet, que buscaba un negro que me cogiera. No sabía si iba a animarme a tanto; pero lo publiqué de todas formas. Dos días más tarde recibí un mail de un tal Sandro. Me decía que era colombiano, joven, bien dotado y por supuesto? negro.Le pedí una foto suya y me envió una de cuerpo entero; en bolas; el pubis todo depilado y mostrando una verga negra enorme, impresionante; que me dejó con la boca abierta. Tenía que probar eso; no me lo podía perder?Durante varios días, durante los cuales seguimos intercambiando mails privados, no podía sacarme esa verga negra de la cabeza. Pensaba en ella y se me humedecía la concha al instante.Al tercer día me dijo que estaba instalado en una pensión de Villa Constitución y, si yo quería, podíamos hacerlo en su pieza?Me confesó además que siempre cogía con mujeres blancas.Estaba todo listo; solo faltaba que yo me decidiera. Esa noche me masturbé como loca, soñando despierta con esa verga negra.A la mañana siguiente arreglé con Sandro para encontrarnos en su pensión. La zona de ese barrio era espantosa y bastante peligrosa; pero me las arreglé para llegar sana y salva.Durante el camino pensaba en mi viejo; que me mataría si llegara a enterarse de que me había hecho coger por un negro?Era una tarde de humedad pegajosa; pero no hacía frío; así que había ido con un impermeable largo robado a mi vieja, que me tapaba bien la mini falda que llevaba debajo. Al llegar a la puerta de la pensión, pude sentir ya una leve humedad entre mis piernas. Estaba demasiado caliente y excitada?Sandro me esperaba en la puerta. Me pareció más alto y mucho más robusto de lo que mostraba su foto. Bajé la mirada y pude ver un bulto enorme debajo de sus pantalones de gimnasia?Al entrar a un pasillo de la pensión; Sandro me dijo que, en realidad, él vivía en la pieza de otro amigo; que a esa hora estaba descansando. Si no hacíamos ruido, no se iba a despertar?Yo estaba muy caliente. Sandro me llevaba de la mano y eso me tenía ya muy humedecida. Lo único que pensaba era en coger con ese negro.Recorrimos unos pasillos y entramos a una pieza, sucia y oscura, que apenas tenía un par de camas y un armario desvencijado.Me quité el impermeable y me senté en la cama. En plena penumbra, podía ver en la otra cama otro negro gigantesco, tendido boca arriba. Llevaba puesto un slip blanco, que contrastaba con el color tan oscuro de su piel.Pero lo más llamativo, era el bulto que se adivinaba bajo ese slip.Sandro se sentó a mi lado y comenzó a manosearme. Me acarició las piernas, las tetas y me quitó la remera. Sonrió al ver que no llevaba sostén. Me lamió los pezones hasta que se me endurecieron. Después su mano subió por mis muslos, entró bajo mi falda y enseguida sus dedos encontraron mi tanga empapada.El negro me hizo poner de pie y deslizó la tanga por mis piernas, hasta que llegaron a mis tobillos. Me apoyé en sus hombros y levanté mis pies para que él me quitara la tanga. Volvió a sonreír y me dijo que se la guardaría como recuerdo.Después se desnudó él. Cuando se dio vuelta, me quise morir. Allí tenía una verga negra tremenda; era enorme por donde se la mirara; parecía todavía más grande que en esa foto que me había enviado.Se acercó y zambulló un par de dedos negros en mi concha empapada. Yo gemí y dejé escapar un grito agudo; pero Sandro me tapó la boca con su otra mano y miró a su amigo, que seguía acostado y quieto, con los ojos cerrados.Estiré mi mano para agarrar esa pija oscura gigantesca; pero Sandro apartó mis dedos enseguida. Me hizo sentar en el borde de la cama y abrir mis muslos. Entonces me dio una chupada de concha como nunca nadie me lo había hecho. Tuve que morderme los labios para no gritar y despertar al otro negro.En menos de dos minutos Sandro me hizo acabar como una buena perra. Mientras me la chupaba, me metía uno de sus gruesos dedos por el culo, añadiendo todavía más placer.Después por fin fue mi turno. Caí de rodillas frente a ese negro enorme y traté de chupar esa tremenda verga, Estaba haciéndolo con comodidad, cuando Sandro comenzó a cogerme la boca, sin piedad; sin importarle que yo me ahogara con semejante pedazo de pija.Cuando tuvo la pija bien tiesa, se puso un forro y me levantó del suelo por las axilas, como si yo fuera una pluma. Me llevó contra una pared y empezó a cogerme, haciendo que mi cuerpo descendiera sobre su verga erecta. Sentí dolor al iniciar la penetración, pero me lo aguanté sin llorar.Cuando la tuvo enterrada hasta casi la mitad dentro de mi concha; comenzó a moverme hacia arriba y abajo. Con sus pesadas manos me sostenía por mi cola y yo me colgaba de sus anchos hombros.No pude ya evitar jadear y sollozar de placer; así que, finalmente, el otro negro se despertó en las penumbras. Se sentó en su cama y sonrió al ver el espectáculo frente a sus ojos.Sandro me hizo desmontar de su verga y me arrastró hasta su amigo, ordenándome que se la chupara. El otro se quitó el slip blanco y comprobé que tenía una pija tan enorme como la que me estaba arruinando la concha en ese momento.Me incliné sobre esa serpiente negra y comencé a lamerla con mi lengua. Sandro aprovechó esa posición y me volvió a enterrar su pija dura entre mis cachas. Esta vez aullé como loca; ya que ese negro no me demostraba piedad con sus violentas embestidas.Acabé otra vez gritando como loca; como para que toda la gente en esa pensión se enterara de que me estaba cogiendo un negro.Cuando supieron que yo había acabado, los dos negros cambiaron posiciones. El segundo negro se puso un forro y me ordenó cabalgar sobre su verga. Lo hice y sentí que mi concha se dilataba al máximo, mientras esa cosa gruesa avanzaba en mi interior. El negro me besaba los pezones, que estaban a punto de estallar.Después de moverme un rato sobre su enorme pija; se recostó de espaldas sobre la cama y me llevó contra su pecho; dejando mi cola bien expuesta.Entonces Sandro me aferró por las caderas y pronto sentí que su pija tremenda intentaba entrar por mi estrecha entrada anal. Giré la cabeza para pedirle que no me la metiera por el culo; me iba a desgarrar con esa cosa?Pero Sandro sonrió y me tranquilizó diciendo que me lo haría con suavidad. Sentí un líquido frío en la raja de mi cola y supe que me estaba lubricando la entrada con algo que me dilatara un poco.Sandro hizo varios intentos; pero mi apretado esfínter se resistía al implacable avance de la cabeza de esa verga enorme. Finalmente yo me relajé todo lo posible y sentí que mi anillo por fin cedía. El ardor era insoportable y sentí que ese negro me partía en dos...Entre ambos negros me estuvieron cogiendo un buen rato por mis dos dilatadas entradas; hasta que los dos acabaron casi juntos, llenando los forros de semen. Cuando Sandro salió de mi culo, el vacío me arrancó otro muy gritado orgasmo?Cuando el otro negro me dejó desmontar de su verga, yo no podía más. Me dejaron descansar un rato; hasta que el segundo negro tuvo la verga otra vez erguida y muy dura.Entonces me hizo poner en cuatro y comenzó a metérmela por la cola. Aullé como loca, un poco por dolor y otro por calentura?Mientras su amigo me destrozaba la cola, se la chupé a Sandro.Acabé aullando por última vez y, cuando ambos negros estuvieron a punto, el segundo se salió de mi culo y los dos acabaron juntos en mi cara.Los dos negros querían seguir; pero esta vez mi mente y mi cuerpo por fin estaban de acuerdo: yo ya no daba para nada más. Me despedí de ellos y regresé a mi casa; cuando comenzaba a anochecer. Allí me esperaba una sorpresa: Víctor había venido a visitarme. Todavía no éramos novios; pero pronto lo seríamos?Ya iba a descubrir que su novia tenía la cola bien estrena
05-17-2021, at 05:40 PM
Alýntý
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