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Ana de visita en la clínica

 
Post #1


Ana de visita en la clínicaEsa semana había sido un poco difícil. Principalmente porque había tenido que internarme en una clínica para hacerme operar de cálculos en la vesícula. Por supuesto, una vez pasada la intervención quirúrgica, me sentía aliviado del dolor que me habían causado esos cálculos.Unas horas después vino a visitarme mi dulce Ana; su bello rostro denotaba preocupación, pero logré tranquilizarla, diciéndole que estaba más aliviado.Antes de que terminara el horario de visitas, Ana se despidió con un beso, prometiendo volver al día siguiente. Apenas cerró la puerta detrás de ella, escuché el comentario:?Qué buena está esa hembra??Corrí la cortina que había en medio y miré a mi compañero de habitación, que había dicho eso.Era un negro uruguayo; un hombre mayor, robusto y bastante desagradable en su aspecto general. Estaba internado por una dolencia hepática y a mí realmente no me hacía gracia tener que compartir mi estadía allí con él?Lo miré fijamente pero sin decirle nada. El negro entonces volvió a hablar.?Qué te pasa, hombre?... solo he dicho que tu hembra está muy buena??No sabía si sentirme halagado por el comentario o insultado.El caso es que volví a correr la cortina sin decir nada, no me interesaba mantener ninguna conversación con aquel tipo tan ordinario en el trato.Me puse a mirar la televisión en volumen bajo y un rato después entraron otros dos negros un poco más jóvenes y se pusieron a conversar con mi compañero de cuarto hasta que finalizó el horario de visitas.A la mañana siguiente los dos negros ya estaban instalados allí cuando me desperté. Intenté escuchar la conversación, ya que me pareció entender que hablaban sobre mi esposa??Lindo culo tiene la perra blanquita y buenas piernas también?? Dijo uno de ellos, mientras el otro replicaba que lo mejor de Ana eran sus firmes tetas??Seguramente le gustaría probar nuestras vergas negras? Comentó alguno?Es probable; todas las blancas de cuarenta años se mueren por una buena verga negra que les llene la concha hasta el fondo?? Dijo mi compañero.?Podríamos cogerla aquí mismo? total, el cornudo de su esposo ni puede moverse de su cama?? Dijo uno de los jóvenes.No dije nada y decidí ignorarlos. A media tarde tuve una disputa con el negro por culpa del volumen del televisor. La enfermera entró a calmarnos y apenas se retiró, el negro me dijo en tono amenazante:?Ya vas a ver cómo nos cogemos a la puta de tu hembra??No le di mayor importancia y cerré los ojos para descansar. Cuando desperté Anita estaba en la habitación, pero en el lado de mi vecino y estaba conversando con ese desagradable negro. Pude oír que lo llamaba por su nombre, Orlando.Decidí mantener mis ojos cerrados y escuchar la conversación.Pude ver a través de la cortina entreabierta, que mi esposa había venido vestida de manera muy elegante, con un vestido negro corto de una sola pieza, muy sexy?Estaba sentada en una silla junto a la cama de Orlando, conversando cosas triviales hasta que el negro de repente le espetó:?Alguna vez viste de cerca una verga negra??Ana se rió, tomándolo a broma.Pero Orlando insistió:?No te rías, nena, en serio, si nunca viste una, seguro te sorprenderías??Mi mujer no se quedó atrás y le contestó con cierta picardía en su voz:?Orlando, ya tengo cierta edad y he visto muchas cosas grandes en mi vida, conozco las historias sobre los negros, pero no son más que mitos??Entonces el negro ordinario se desató los pantalones de su pijama y sacó una verga enorme frente a mi mujercita.?Ahora que te parece el tamaño de mi verga negra? es grande o no??No me sorprendió la actitud de mi mujer que en vez de dar por zanjada la conversación se rió sonoramente y le dijo al negro que no estaba nada mal.Ana aunque disimulaba parecía estar sorprendida. De repente miró hacia mi lado y, viendo que yo estaba con los ojos cerrados, le preguntó:?Puedo tocarla??Por supuesto Orlando se lo permitió y fue él mismo quien condujo la mano de mi mujer hasta su enorme serpiente negra. Anita la agarró con ambas manos, la sopesó y la mantuvo entre sus dedos por unos instantes?Orlando le advirtió que si la meneaba un poco, seguramente crecería un poco más; así que mi esposa, muy obediente y curiosa, comenzó a subir y a bajar su mano por ese largo tronco negro.Esa verga se convirtió en algo inconmensurable; mientras Orlando sonreía y Ana no podía quitarle la vista ni las manos de encima??También podrías probarla? te gustaría seguramente?? Le dijo el negro.Era demasiado para Ana, que se opuso diciendo ser una mujer casada.Pero el negro insistió, diciéndole que a ella le encantaría comerse esa verga y que además yo ni siquiera me enteraría de todo eso?Estaba a punto de saltar de mi cama para agarrar a ese negro por el cuello; pero antes de que pudiera hacerlo, mi dulce Ana se inclinó sobre esa enorme verga de ébano y se la metió en la boca, comenzando a chuparla.Le mamó esa increíble cosa con ganas; mientras le sonreía al negro y cada tanto miraba hacia mi lado, para verificar que yo no me había despertado?Orlando estaba en lo mejor que le provocaba la chupada de mi esposa, cuando de repente entraron los otros dos negros más jóvenes.Ana dejó de chupar la verga y pareció inquietarse un poco; pero entonces los dos mocosos negros se bajaron los pantalones y le mostraron sendas pijas negras, todavía más grandes que la de Orlando?Pensé que mi mujer iba a levantarse y salir corriendo, pero me equivocaba.Anita estaba muy caliente; casi diría desatada y parecía no querer irse de allí hasta no hacerse coger por esa tremenda verga de Orlando; aunque para ello tuviera que aguantarse las pijas de los otros dos chicos.Mi mujer se arrodilló ante ellos y comenzó a acariciar esos pitos gigantes.Empezó despacio hasta que ambas pijas se fueron endureciendo, luego les dio una mamada como para que acabaran rápido, pero no lo consiguió.Intensificó sus succiones más y más, mirando cómo los chicos gozaban con aquello. Uno de ellos la tomó por la nuca y comenzó a moverle la cabeza al ritmo que quiso, provocando que Ana se ahogara con semejante pedazo de carne enterrado en su boca?Los dos negros terminaron de desnudarse y luego desnudaron a Ana. Le quitaron su diminuta tanga roja, que arrojaron sobre mi cama. Trabaron la puerta para que nadie los interrumpiera en la faena de cogerse a mi mujer.Le metían los dedos al mismo tiempo por la concha, que ya tenía chorreando a mares. De pronto Ana les preguntó quién sería el primero?Orlando aclaró que él sería el primero en cogerla, pero necesitaba ayuda. Entonces los otros dos alzaron a Ana sobre la cama y la pusieron a horcajadas sobre el vientre de ese sucio negro. Mi esposa se fue empalando de a poco sobre esa dura verga erecta. Al principio pareció costarle un poco, pero luego, con la lubricación que tenía su vagina, se deslizó con más facilidad? hasta el fondo? Entonces yo me moví, amagando llamar a la enfermera; pero los dos negros se abalanzaron sobre mí y me arrebataron el mando remoto.Me taparon la boca para que no pudiera gritar y me obligaron a ver cómo Orlando hacía balancear a mi esposa sobre su tiesa y enorme verga?Ana al verme despierto comenzó a llorar por vergüenza; pero no por ello dejó de moverse de manera frenética sobre esa verga negra.?Lo siento amor, no pude evitarlo, no mires por favor? te pido perdón??Orlando me miró riéndose a carcajadas:?Te lo dije, cornudo, ahora vas a ver cómo me cojo a tu mujercita??Entonces el hijo de puta comenzó a empujar cada vez más adentro, aferrando a Anita por las caderas y haciéndola caer sobre su verga con toda la potencia posible. Ella gemía y lloraba, pero a pesar de su expresión de dolor, parecía estar disfrutándolo mucho.Orlando volvió a mirarme, para decirme entre gruñidos de placer:?Qué concha tan apretada y caliente tiene la puta de tu mujercita??Luego sus movimientos se convirtieron en furiosas embestidas hasta que ese negro empezó a gritar que iba a acabar dentro del cuerpo de mi esposa. Pude ver que apretaba los dientes y miraba hacia el techo, cerrando los ojos mientras gruñía y bufaba como un toro salvaje.Casi enseguida Ana también comenzó a aullar, sintiendo seguramente ese semen caliente a chorros que la invadía. Acabó ella también y luego quedó tendida sobre el torso del negro, totalmente vencida y entregada.Sin darle tiempo a recuperarse, uno de los negros jóvenes la bajó de la cama y la hizo poner en cuatro sobre el suelo; mientras su amigo me sostenía con firmeza para que yo no pudiera intervenir.Cuando la pija del chico estuvo lista, se la metió a Ana desde atrás, haciéndola gritar de dolor, porque, evidentemente, esa verga negra era todavía más gruesa que la de Orlando.Estuvieron así durante casi diez minutos hasta que el chico negro por fin estalló dentro de la castigada concha de mi delicada mujercita. Su otro amigo se sentó en el borde de la cama y llamó a Anita para que se acercara. Por fin había llegado su turno.Tomó firmemente su erecta verga que apuntaba hacia arriba y ordenó a Ana que se quedara de pie, dándole la espalda a él. Luego le ordenó que comenzara a sentarse sobre esa enorme serpiente negra.Ana obedeció e intentó empalarse mientras se agachaba hacia atrás. Como no lo conseguía, el negro la rodeó con un brazo por la cintura y la atrajo hacia él.De repente Anita comenzó a quejarse de manera lastimera:?No. Por favor, por el culo no? me duele, es muy grande? NO, por favor!?Ese hijo de puta se la estaba metiendo por el culo y yo no podía hacer nada para evitarlo.El negro la sostuvo con firmeza hasta lograr su objetivo: el estrecho ano de mi delicada esposa. Ella intentaba resistirse y trataba de zafar del abrazo; pero el negro era muy fornido y la sostuvo firme, mientras iba empalando a mi pobre Ana por el culo.Pronto el negro abandonó el abrazo y comenzó a sobarle las tetas a mi esposa, mientras ella, ya sin resistencia por su parte, subía y bajaba sin más dificultades sobre la verga negra enterrada hasta el fondo de su ano?De pronto volvió a hablar Orlando, pidiéndole al chico que pusiera otra vez a Anita encima de su verga, para que entre los dos pudieran hacer una doble penetración en el cuerpo de mi esposa.Una vez que Ana estuvo nuevamente empalada sobre Orlando, el primer chico pidió su oportunidad para sodomizarla. Comenzó a empujar la cabeza de su pija negra contra el estrecho ano de mi esposa, hasta que, luego de varios intentos fallidos, por fin logró enterrársela apenas un poco.Sin poder evitarlo, Ana empezó a gritar al ir sintiendo la invasión de esa tremenda anaconda dentro de su trasero. Luego de un buen rato de alaridos y sudor; el negro por fin se detuvo y comenzó a entrar y salir del culo de Ana, sin intentar avanzar más profundo.Así estuvieron ambos negros entrando y saliendo del cuerpo de Ana. Ella parecía estar al borde del desmayo cada vez que una verga salía de alguno de sus dos orificios?El tercer negro se acercó y restregó su gran pija negra por la cara de Ana, hasta que finalmente ella la aceptó dentro de su boca? Los embates de los tres aumentaron a un nivel frenético. Durante un largo rato estuvieron intercambiando sus posiciones hasta que todos lograron pasar por el culo de mi esposa, que se veía muy dilatado?Cuando se hartaron de cogerla, la pusieron en el suelo y los tres se masturbaron sobre ella, para dejarle la cara y los cabellos llenos de semen.El cuerpo de Ana quedó cubierto de sudor y semen de estos tres sucios negros. Los dos chicos la arrastraron hasta el baño, para darse una ducha los tres juntos. Por las súplicas y los aullidos agudos de Ana, supe que ambos negros la habían sodomizado nuevamente bajo la ducha?Los tres salieron del baño ya vestidos. Antes de retirase acompañada por ambos chicos, Ana me lanzó un beso al aire... y desapareció de mi vista. Me imaginé que todavía no estaba satisfecha y que iría a encamarse otra vez con esos dos negros incansables.Un par de horas más tarde vino a hacer su recorrida el médico de guardia, que luego de examinarme, determinó que ya podía extenderme el alta.Esa misma noche pude abandonar la clínica. Al salir de la habitación, pude sentir la risa burlona de Orlando a mis espaldas, advirtiéndome:?No te preocupes, cornudo? la puta de tu mujercita va a volver a visitarme en estos días, antes de que yo consiga el alta??
04-04-2021, at 06:14 PM
Alýntý
 




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