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Reconciliacion de un cornudo y su novia en su fies

 
Post #1


Reconciliacion de un cornudo y su novia en su fiesEstaba súper entusiasmado, casi que caminaba por el aire: Malena me había invitado a su cumpleaños; y no solo eso, me pedía que por favor le confirmara si iba a ir, que para ella era muy importante.No tienen idea lo que esas últimas palabras significaban para mí. Malena es mi novia. Mi ex novia. Bueno, no sé. Hacía un mes y medio que no la veía y no respondía a mis llamadas, luego de la pelea.No saben lo que es Malena, es la chica más hermosa que puedan imaginar. Y no solo es muy bonita, tiene el cuerpo de una chica de la tele y se viste como una modelo. Estaba por completo fuera de mi rango, si la perdía no iba a conseguir a otra ni la mitad de bella y distinguida nunca más en la vida.El defecto de Malena era que se pasaba de celosa. La pelea que nos alejó por un mes y medio se debió a eso, a que me vio mirándole el trasero a una promotora que repartía folletos en la misma esquina que nos debíamos encontrar.Pero bueno, así como yo la extrañaba con locura (su dulzura, su sonrisa, el sexo que nos regalábamos una vez por mes), ahora se hacía evidente que ella también a mí. Lo único que me pareció raro fue que no me llamó para invitarme, sino que lo hizo por email, con copia al resto de invitados: Cartucho, Taladro, Parteculos, El Desconchador, Desgarrador Anal Pompidú, Vergrueso, Sometedor2014, Enema de Leche, Corneador 25x7, Machovergón, Todogrueso y un tal Manuel, el único que no me metía miedo.Más allá del escalofrío que me dieron esos nicks, llamé a mi novia para confirmarle y, de paso, preguntarle por los invitados. Nunca me respondió. Así que no tuve más remedio que hacerlo por email.Desde ese miércoles hasta el sábado experimenté una revolución en todo mi cuerpo. Sentía como si hubiera maripositas en mi estómago, y un poco más abajo también. Le conté la novedad a todos mis amigos, llamé a mi madre, que se puso muy contenta, y hasta volví a escribir en mi diario íntimo.El sábado, una hora antes de salir, me llamó uno de mis amigos.?Betusto ?me dijo?. ¿Googleaste a esos tipos? ¿Viste las fotos??¿Qué fotos? ?La verdad era que no se me había ocurrido.?Los acabo de buscar. Puse los nombres que me acordaba... Fijate porque no te va a gustar nada lo que hay.Ya estaba en mi PC. Ya estaba poniendo el primer nick en Google.Vergrueso? buscando? -----------Pocos resultados. Todos de foros de contactos sexuales o citas fáciles. Cuando entré al post donde figuraba ese tal Vergrueso casi me caigo de la silla. Ahí, en mi pantalla, un primer plano de una verga enorme, parada y gruesa, brillante, enorme, ancha, brillosa. Enorme. ¿Ya dije enorme?Googleé a Parteculos. Más foros. Más fotos. Un tipo de unos 45 años con una verga de película porno taladandro culos de diferentes mujeres en distintas fotos.Todogrueso. El Desgarrador. Enema de Leche. En un momento mi pantalla parecía un casting para elegir la mejor verga de 2015. Al único que no encontré fue a ese tal Manuel. Pero por el nombre me quedé tranquilo.Llegué temblando a lo de mi novia. Las monedas que me dio el taxista por el vuelto se me cayeron, y allí las dejé.Mientras esperaba que mi novia bajara a abrirme, volví a repasar los nombres mentalmente. Los conté por primera vez: eran doce. Un número cabalístico. Pero carajo, esa cábala no me gustaba nada.Se abrió la puerta del ascensor y apareció Malena. Dios. Casi dos meses sin verla y ahí estaba, más hermosa y sensual que nunca. Vestida con una minifalada gris oscuro, blusa y una botas que le enmarcaban los muslos como si fueran columnas de mármol caramelo. Vino hacia mí, moviendo las caderas. Los pechos que le caían y se movían con una gracia única. Me sonrió y mi erección fue instantánea.?Hola, Betusto ?me saludó. No dijo mi amor. No dijo mi vida.?Ho-Hola ?Fui a darle un beso en el pico y giró su rostro para ofrecerme su mejilla.?¡Estás... impresionante! ?le dije para halagarla. La verdad es que se veía mucho más sensual que cuando estaba conmigo.?Sí, es lo que me dijeron todos.Maldije para mis adentros. Pero era lógico si estaba linda para mí, estaba linda para los demás.?Vi la lista de invitados? ?balbuceé?. Son todos hombres... ¿puede ser??Sí, hoy festejo con los chicos y mañana con las chicas. A vos te iba a invitar mañana, me parece que pegás más con las chicas... Pero tuve que invitarte hoy.Elegí no hacer ningún comentario y subimos por el ascensor. Olía bien Malena. Y se veía más alta. De pie junto a mí frente al espejo, de pronto me pareció que Malena había crecido, no sólo en altura: en curvas, en madurez, en todo. Si antes yo estaba fuera de su rango, en ese momento sentí que no podría ni llegar a ser su felpudo de bienvenida.?¿Tus amigos ya están arriba??Todavía faltan algunos...?¿Y no sería mejor que vos y yo... en fin... habláramos antes de...??¿Hablar de qué? ¿De lo pajero que te comportaste con esa promotora? ¿De que me decepcionaste, como todos los hombres??Mi amor, no es para tanto. No vas a tirar tres años de noviazgo por una tontería...?En lo que a mí respecta, vos y yo estamos en un impasse. No digo que lo nuestro se acabó. Es obvio que tenemos una historia, tenemos planes...?Se supone que vamos a vivir juntos en este mismo departamento el año que viene.?Sí, pero te dije que nos tomáramos un tiempo para que reflexiones. Ahora estamos en ese paréntesis. En quince días volvemos a hablar, y si me prometés no volver a mirarle el culo a ninguna promotora, entonces volveremos a ser novios.?Mi amor, eso te lo puedo prometer ahora. Te juro que no le miro el culo nunca más a nadie, no solo a las promotoras.?En quince días, Betusto. Ahora estamos en un paréntesis.?No seas tonta. Si me invitaste es porque vos también me extrañás.?Cortala, Betusto. ¿Viniste a arruinarme el cumpleaños?Entramos al departamento, el mismo que yo conocía tan bien. O el living-comedor se había achicado o ahí adentro había tantos hombres, y tan grandotes, que todo parecía más pequeño.?Este es mi novio Betusto. El que les comenté.Los conté rápidamente: nueve. Ninguno me saludó. Dos o tres sonrieron despectivamente al verme, y otros rieron entre ellos, como si se mofaran secretamente de mí. No me importaba: Malena me había presentado como su novio.Eran un grupo por demás heterogéneo. Había viejos, jóvenes, gordos, flacos, morochos, un pelirrojo. Se notaba que eran de condiciones sociales muy dispares, se advertía por la ropa. Y fue justamente la ropa lo que me llamó la atención: no vestían para una fiesta, estaban inusualmente informales, como si estuvieran en un pic-nic. Remeras sueltas o camisetas sin mangas, pantalones de gimnasia algunos, y la mayoría con enormes shorts bermudas de nylon, de esos sueltos con elástico que parecen de jugadores de básquet.Estaban escuchando música, mientras Malena iba y venía arreglando vasos y cosas en la mesa. Los tipos estos la miraban con tal desparpajo que parecía que se la hubiesen estado cogiendo durante este mes y medio. Algunos se sobaban la verga con poco disimulo. Como Malena a veces se estiraba por sobre algún mueble para alcanzar algo, la minifalda se le subía y se le veía apenas el filo inferior de sus nalguitas. La tanguita blanca encapsulando esa conchita que yo conocía de memoria, también se veía a cada momento.?Betu ?me llamó?. ¿Por qué no vas a la cocina y vas trayendo las cosas y ponés la mesa?Ni esperó mi respuesta, fue al equipo de música a cambiar los discos. Se tuvo que agachar para maniobrarlo, pero no flexionó sus rodillas. La minifalda se le subió como nunca, y algunos tipos, tirados en los sillones, le vieron hasta el apellido. No dije nada, no sabía si me correspondía, y además, eran muchos y un poco atemorizantes. Preferí irme a la cocina.Volví con una pila de catorce platos, y ya mi novia estaba bailando sola entre los sillones, moviéndose muy sensual en medio de esa jauría de chacales. Distribuí los platos y volví con más cosas. Poniendo los cubiertos me di cuenta de la verdadera razón de mi invitación: yo era el invitado catorce, el que rompía la tontería esa de que trece en una mesa es mala suerte. Me sentí decepcionado. Y más cuando vi a Malena bailar con unos de esos tipejos atrás y con otro delante, restregándose con un regetón de fondo, y dejándose magrear.Entonces se escuchó el timbre. Malena tenía los rostros de esos tipos tan encima, y la hacían reír tanto, que ni cuenta se dio.?Amor ?le dije llegando hasta ella con un plato en la mano?. Están llamando...?Bajá vos, son los otros chicos.Ni me miró. Siguió bailando y dejándose manosear muslos, cintura y cadera por los dos desconocidos. Me mordí la lengua otra vez y bajé. En el pasillo, solo, aproveché para acomodarme mi pijita en el pantalón, que me dolía de tan dura.Abajo me esperaban dos negros enormes, jóvenes, que parecían de la NBA.?¿Aquí es la party? ?preguntó uno con acento yanqui.Subimos. En el ascensor quedé entre los dos, apretado. Me miré en el espejo: parecía un gnomo miedoso.Cuando entramos, la imagen me descolocó un poco. Malena seguía bailando, pero ahora entre otros dos, que la manoseaban y la apoyaban como si se la estuvieran cogiendo. Le habían subido la minifalda hasta la cintura y se le veía la tanguita blanca enteradísima en su culazo perfecto. Me pareció incluso que ya le metían mano por debajo de la tanga, pero no sé... Apenas nos vio, mi novia vino corriendo en medio de un griterío de felicidad y se colgó de los dos negros, celebrando su llegada.?Malena, ¿qué onda? ?le pregunté mientras ella besaba a uno de los negros casi en la boca y se dejaba tomar una nalga entera?. Estás casi en bolas y te dejás manosear como si fueras una...Malena giró hacia mí. El otro negro aprovechó para meterle mano también.?No empieces. Estábamos bailando regetón ?Se bajó y acomodó un poco la minifalda gris?. Andá a terminar de poner la mesa, no me hagas enojar.Golpearon la puerta y ya ni quise saber quién venía, me fui a la cocina. Al regresar me dio un escalofrío. Había llegado el último, Manuel, que me saludó muy afable y con una sonrisa, y yo me quise morir: Manuel era el portero del edificio. Lo último que quería era que mi futuro portero viera a dos tipos bailando regetón con Malena de la manera que lo estaban haciendo.Comenzaron a acomodarse todos en la mesa, parecía que por fin dejábamos las tonterías de los bailecitos y nos metíamos en el cumpleaños. Malena se ubicó en una punta. Cuando yo iba a hacer lo mismo, me atajó.?Betusto, ¿qué hacés? Tenés que servir la comida.Me congelé. Con el culo en el aire, sin apoyarlo en la silla.?Pe-pero... Mi amor... yo...?Dale, Betusto, que tengo invitados. No me hagas problemas.Fui a la cocina escuchando cómo se reanimaba la charla. ?Male, estás cada día más perra?, oí claramente a Manuel.Fue una cena difícil de describir. Comencé a servirles a todos, pero eran muchos y al terminar con el último, Malena me ordenó que me encargara del vino. Apenas volqué la última gota me senté, y al comer mi primer bocado Male dijo:?Oírme, inútil, ¿no te diste cuenta que se acabó el vino?Me quedé sorprendido. Male nunca me había tratado así, ni siquiera durante aquella pelea. Me levanté de inmediato, fui a buscar otra botella y lo serví.Me senté nuevamente, pero nada más agarrar los cubiertos y otra vez mi novia:?Alcanzale el pan a Parteculos.Todos rieron. Yo no. Me levanté, rodeé la mesa y moví la panera que estaba a menos de un metro del susodicho. Prácticamente no pude comer nada. A cada rato debía atenderles. Pero eso no era lo peor: debía escuchar sus charlas, todas anécdotas asquerosas de sus proezas sexuales. De sus gustos. De sus fantasías. Y de lo que pensaban cumplir esa misma noche...Al oírlo, escupí el primer trago de vino que lograba tomar en toda la noche.?¿Qué hacés, pelotudo? ?se enojó mi novia, porque salpiqué a los que estaban al lado?. Viniste a arruinarme el cumpleaños, ¿no?Algunos se levantaron de un salto. Otros se atajaron con servilletas. Malena me tomó del pelo de detrás de las orejas, con dos dedos, como hacían las matronas hace cien años, y me llevó así a la cocina, delante de todos.?Oírme, Betusto, si te vas a comportar de esta manera mejor te vas.?Malena, ¿me estás jodiendo? ¡Estos tipos no te quieren saludar por tu cumpleaños! Los googleé, están en foros raros, con fotos mostrando todo.?¿Y a vos qué te importa? Nosotros ya no estamos de novios.?¡Me dijiste que en quince días me vas a perdonar!?Te voy a perdonar si pensás en lo que me hiciste y te arrepentís de verdad. Y la verdad es que hasta ahora no te veo muy reflexivo que digamos.Arrancó como para salir de la cocina y la atajé.?Male, ¡estos tipos te quieren coger!?No digas pavadas, ¿además te creés que no me sé defender? Vos levantá la mesa y lavá los trastos, que yo los mantengo en la raya.Me tranquilicé. Ella se fue al living-comedor y yo me organicé para lavar. Al otro lado de la puerta se escuchó de nuevo música, otra vez regetón y muchas risas y vitoreos masculinos. Dos de los amigos de Male trajeron platos y vasos, que apilaron a mi lado para que yo lave. No sé cuánto estuve fregando. Tenía la cabeza en la música, en las risas y no podía dejar de imaginarme cómo estarían manoseando a mi novia. Ahí lo vi claro: esa era su venganza.Como no me habían traído los cubiertos, me sequé las manos y fui a buscarlos, dispuesto a tragarme la asquerosa imagen de mi novia manoseada. Pero no. No había novia. Estaban Manuel, los negros de la NBA y los otros, charlando animadamente. ¿Malena estaría en el baño? Me sentí aliviado y regresé a la cocina.Y fue ahí, dos minutos después, mientras fregaba cucharones, que me di cuenta. No había doce tipos en el living. Había seis. Y ya hacía quince minutos que yo estaba en el fregadero. Salí disparado de la cocina como un vendaval, si le estaban poniendo un dedo encima de mi amorcito me iban a ver de malas. Enfilé para el pasillo que daba a las habitaciones y uno de los negros me obstruyó el camino.?No pase. Tiene que ir a lavar a la cocina.?Quiero ir a la pieza. ¡Quiero ir a hablar con mi novia!Se acercó Manuel, siempre amable.?Betusto, no podés pasar, no hay nada allá. No está tu novia.Con la frenada se me habían bajados algunas revoluciones y entonces se hicieron claros los jadeos que venían de la habitación.?¡Ahhhh?! ¡Ahhhh?! ¡Ohhhh?! ¡¡Ahhhh?!Me desesperé, era Male, que ronroneaba acompasadamente, como si la estuvieran bombeando despacio. El negro volvió a cerrarme el pasillo y Manuel, ya sin la sonrisa de portero, me tomó del cuello y me cerró la manaza con tanta fuerza que me hizo doler como pocas veces me dolió algo.?¡Ay! ?grité.?Betusto, su novia no está en la pieza, vuelva a la cocina?Los jadeos de Malena era cada vez más claros.?¡Ahhhhhh?! ¡Sííííí?! ¡¡Ahhhhhhh?!!?Me la están cogiendo, Manuel! ?dije casi en lágrimas de impotencia.?No se ponga paranoico? Le digo que los muchachos están solos??¡¡Ohhhh?!! ¡Síííí?! Ohhhh? por Dios? ¡¡qué buena pijaaahhh?!?¡Es Malena, Manuel! ¿Me está jodiendo?Manuel apretó más y me volvió a recordar:?Esa no es Malena, ¿entiende? ?El dolor era insoportable, comencé a doblar mis piernas sucumbiendo a la manaza torturadora de mi portero. Asentí con la cabeza, en silencio. Pero Manuel apretó más fuerte.?¡Sí, sí! ?grité?. ¡Entiendo!Los jadeos de mi Male ya eran gemidos claros y fuertes. Un murmullo masculino se escuchó, y luego unas risas. Y entre gemidos y murmullo, el flap flap del bombeo sobre las nalgas de mi Male me mortificó hasta el alma.?¡¡Ahhhh?!! ¡Ahhhh?! ?Era ella?. ¡¡Ahhhhhhhhh?!! ?seguía recibiendo verga, mi novia.?¡Te acabo, hija de puta! ?se escuchó fuerte y claro?. Te lleno la conchita ésta de leche, bebé?Miré a los ojos a Manuel, en una súplica, Malena gritó desencajada:?¡¡Síííííi?! ¡Echámela! ¡¡Echámela toda, hijo de puta!Y el tipo, no sé quién sería, flap flap flap con todo, con violencia, unas diez veces más? y el gorgoteo bestial:?¡¡¡Oooohhhhhhhhh? ssssíííí?!! ?¡Malditos pijudos, le estaban acabando!? ¡Tomá, puta! ¡¡Tomá tomá tomá!!?¡¡¡Ahhhhhhhhhhhhhh?!!! ?mi novia.?¡¡¡Ohhhhh sííííí, putón, síiii?!!!?¡No pares, hijo de puta! ¡Seguí, no pares!Lo miré a Manuel, que había aflojado la mano pero me sostenía por el hombro, como controlándome.?Andá a la cocina a hacer lo tuyo, cuerno? ?me dijo ya sin eufemismos.Atrás seguía el concierto de mi novia gimiendo con cada pijazo que le enterraban hasta la garganta.?No me diga cuerno, Manuel??Andá, terminá de lavar todo? que a tu novia le faltan cinco más?Me fui hacia la cocina hecho una piltrafa humana, con los últimos estertores del macho acabándole a mi novia, y los gritos y gemidos de ella pidiendo más pija.Estuve lavando y volviendo a lavar todo durante dos horas. Cada tanto me asomaba para ver si me seguían cogiendo a mi Male. Los ruidos eran cada vez más a****les, y en ese momento hasta tuve miedo de que vinieran los vecinos a quejarse por el escándalo. Dos horas así, sin saber muy bien qué hacer, tomándome cada tanto el hombro magullado por mi portero. Hasta que en un momento me armé de valor, me pregunté que qué era, si un hombre o un cornudo cagón, y entonces largué todo y volví al living. Esta vez no me iban a detener, al fin y al cabo esa iba a ser mi casa, y Male era mi mujer.Pero mi sorpresa fue mayúscula cuando los seis tipos que encontré no eran los que había visto dos horas antes. Eran los otros seis, los que no estaban. Y nuevamente, ni rastros de mi novia. Un detalle, sin embargo, me pegó como una trompada en el estómago. Los seis estaban desnudos y con las vergas brillosas y chorreantes de un líquido espeso.?¿Dónde está mi novia? ?pregunté, y sin esperar respuesta fui corriendo a la habitación.No hizo falta golpear la puerta ni proferir gritos. Me di cuenta que me la estaban garchando incluso antes de llegar, los jadeos de Malena me los conocía de memoria, pero nunca los había escuchado tan cargados de sexualidad.Entré y la imagen me cacheteó en medio de mi orgullo. Imaginen una habitación no muy grande, con una mujer hermosa y seis hombres. No cabían y, sin embargo, allí estaban.La habitación que hasta hace dos meses era nuestro nidito de amor, parecía un autobús en hora pico. Un autobús de perversión, porque el olor a macho y a sexo eran más fuertes que un cine porno.?Male, ¿qué carajo...?Mi novia estaba cruzada en la cama matrimonial, boca arriba, con la cintura y el culo por fuera, en el aire. Uno de los hijos de puta de los foros la tenía tomada de ambas piernas, él en el medio, y le surtía latigazos de verga uno tras otro? sin parar. Dos tipos más le manoseaban los pechos y el cuerpo, y otros dos, arrodillados junto a su cabeza, alternaban vergazos que le llenaban la boca a mi novia.?¡Male, por el amor de Dios, te están cogiendo!?Andate, no m*****es?¿Ustedes creen que alguno dejó de hacer aunque sea mínimamente lo que venía haciendo? Ni siquiera mi novia. Eso me indignó, tenía mil cosas para decirle pero no me salía ninguna. Finalmente:?¡Sos una puta de mierda! Estábamos planeando venirnos a vivir juntos y mirá lo que me hacés.Mi novia se quitó las dos vergas de la boca y me miró bien seria. El bombeo del otro cretino le movía la cabeza rítmicamente.?¿Pero sos tonto, Betusto? ¿Cuántas veces te tengo que decir que estamos en un impasse??¡Pero qué impasse ni que impasse, te están garchando doce tipos!?Técnicamente no somos novios. ¡Vos siempre victimizándote!El que le sostenía las piernas en alto y la surtía de pija comenzó a jadear más fuerte y bufar. No sé cuánto haría que se la estaba bombeando pero era evidente que iba a acabar. Ahí me di cuenta que el hijo de mil putas no estaba usando condón.?Me vengo, putón? ?le jadeó?. ¡Te suelto los pibes!Ante la inminente acabada hice algo que nunca imaginé iba a hacer. Fui al otro lado del tipo y me arrodillé en el piso, con los brazos apoyados en la cama, cerca del rostro de mi novia. Junté mis manos en un rezo y le supliqué.?Male, te lo pido por lo que más quieras, frená acá. Ya te cogiste a siete tipos, ya entendí que no le tengo que mirar el culo a ninguna promotora??Esto no tiene nada que ver con tus perversiones de pajero. ¡Esto lo hago porque soy una mujer libre!?¡Me voy, putón?! ¡Te lleno?! ¡Te lleno!?¡Es que no sos libre, mi amor! ¡Yo soy tu novio! ¡Yo soy tu hombre!?¡¡Ahhhhhhhhhhhhhh?!! ?comenzó a acabarle el del foro.El hijo de puta se estaba agitando adentro de mi novia como un champán en un podio de Fórmula Uno. Y le derramó su espuma de la misma manera?. ¡¡Oooooooohhhhh sssííííí?!!Mi novia le recibió toda la leche adentro, sin siquiera intentar que se la saque. Me miró.?Ya te dije: hasta que no me pidas perdón, pero perdón de verdad, con un arrepentimiento genuino? soy una mujer libre ?Me sonrió con malicia, acomodó las piernas para que el turro se desenganchara de ella y de pronto sus ojos se iluminaron cuando se acercó uno de los negros a tomar el reemplazo. Volvió a mirarme y se puso seria?. Empezá a arrepentirte y pedirme perdón? Si me convencés, los echo a todos y te venís a vivir conmigo mañana mismo? Si no, ¡no vas a poder pasar esa puerta de los cuernos que te voy a poner hoy!Tragué saliva. Nunca la había visto hablar tan seriamente.?Está bien, mi amor, está bien? ?me escuché decir, patético.Me soltó la mano para acomodar mejor su cuerpo y regalarlo por completo al negro, que se colocó entre sus piernas. Me fue imposible no abrir los ojos con preocupación cuando el negro se bajó el bóxer. Un vergón largo y rechoncho como morcilla de exportación le colgó de entre las piernas. Al estar yo en el piso y al lado, la masculinidad del negro quedó casi sobre mi rostro.El moreno se tomó la pija con una mano y se la sacudió un poco para terminar de darle rigidez. Con la otra mano corrigió la posición de mi novia.?Mi amor? ?me asusté cuando la cabeza de la verga se apoyó en ella, puerteándola? ¡La tiene demasiado grande, no me podés hacer esto!Malena levantó la pelvis y le sonrió al negro, que empujó. El glande apenas penetró los pliegues de mi amorcito, ahí, frente a mis ojos.?¡Arrepentite, cornudo, pedime perdón!¿Pero cómo se pide perdón en medio de una situación semejante?Es difícil reflexionar, meditar, arrepentirse de lo que sea, con un tipo taladrando a tu novia a menos de medio metro.El negro comenzó a clavar a mi Male.?¡Ahhhhhh?! ?ella.?¡Male! ?reclamé viendo cómo cerraba los ojos y disfrutaba de cada centímetro.?¡Cuerno!La pija iba por la mitad y seguía entrando.Así arrodillado en el piso junté mis brazos en la cama y comencé a implorar.?Te lo ruego, Male, te lo ruego? ?sin saber realmente qué decir.?¡Ay, qué pedazo de pija, hijo de puta!Mis ojos se querían ir para el costado, yo trataba de mirar a mi novia a la cara.?Te pido perdón, Male, por todos mis pecados??¡¡Ahhhhhh?!! ¡Me estás llenando de verga, negro pijudo!El negro la había tomado de los dos muslos y la levantaba un poco para que la concha le quedara más arriba y la penetración se hiciera más cómoda. Se agitaba con ritmo dentro de mi novia, todavía lentamente. Mandaba su culo hacia adelante, empujando y metiendo verga dentro de ella, que suspiraba. Luego el culo del negro iba para atrás, y los piecitos de Male se relajaban un segundo, para de inmediato volver a sentir la verga del negro penetrarla hasta el fondo.?Te ruego me perdones, Male, te lo ruego por los hijos que vamos a tener? ¡Que no te cojan más, por favor?!Otra vez giré para ver el pijón del negro entrar centímetro a centímetro dentro de mi novia.?Así no, pelotudo. ¡En lo único que estás pensando es en vos!El negro detuvo el bombeo y le dio una palmadita a los muslos de su víctima. Malena giró y quedó arrodillada sobre la cama, con el culo hacia afuera. El negro le entró verga y la sacó embadurnada de jugos, y con eso pinceló la raya y humectó el ano.Yo seguía arrodillado en el piso, con los codos sobre la cama y las manos juntas. Trataba de cerrar los ojos o mirar al techo, pero se complicaba con el negro moviéndose al lado, casi pegado a mí, o escuchando los jadeos de mi novia. Vi de golpe un movimiento en la cama, y el portero y otro más se arrodillaron frente a Malena, esgrimiendo sus pijas.Apreté los dientes y volví a suplicar.?Male, te ruego por lo que más quieras, te lo ruego con el corazón en la mano? ¡pará de cogerte a este negro! No quiero que ninguno más te coja... No quiero que nuestro portero sea ?el otro?...??El macho?... ?me corrigió Malena, que comenzó a mover sus mulsos y cadera para atrás, para enterrarse ella solita el pijón del negro?. ¡Aaahhhhhh?!!!?Te lo suplico, mi amor... ¿No sentís mi arrepentimiento??¡¡Ohhhhh por Dios, qué pedazo de pijaaaaaaaaaa?!!!?Te pido que conserves tu virtud intachable y que en tu cabeza gane la sensatez y tu espíritu leal y fiel.?¡¡Ahhhhhhhhhhhhhhh?!! ¡Me siento llena de verga, cornudooooo?!!?¡Que el recato gobierne tus impulsos!?¡Tirame la lecheeeeeeeee!, negro! ¡Quiero sentir esa verga latir adentro mío!!! ¡¡Aaahhhhhhhhhhhhhhhh?!!!?Male, mi vida, yo sé muy bien que en lo profundo, la moral y la...?¡Ahí te va, puta!?¡Sí, sí, siiiiiii?! ¡¡Llenameeeeeee, negro!! ¡¡Mostrale al cuerno!!?¡¡Sí putón, sí! ¡¡Ahhhhhh?!!!?Male, ¡la moral!?¡¡¡Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh?!!!?¡¡Male, la moral y la reputa madre, te están llenando de leche!!!?¡¡Ahhhhhhhhhh?!!!!?Seguí rogándome, cornudo... ¡¡¡Ooooohhhhhh!!! ¡¡Seguí que estoy acabando?!! ¡¡¡Ahhhhhhhhh?!!!?¡Perdoname, mi amor, perdoname! ¡Perdoname! ?repetí sin entender qué quería, mientras ella acababa y acababa sin parar.En cuando mi novia se aflojó un poquito, el portero, entusiasmado, la tomó de los pelos y condujo la cabeza hacia su verga. Malena abrió la boca como un gordo ante un pastel de chocolate, con el negro moviéndola atrás y adelante. El hijo de puta del portero me miró a los ojos mientras mi novia le tragaba la pija.?¿Así que el año que viene te venís a vivir a mi edificio...?No me gustó el tono, sonaba demasiado premonitorio. Así que miré a mi novia y le volví a suplicar.?Male, te pido por nuestros futuros hijos, con el portero no, por favor, que te va a querer garchar cuando me mude al departamento?El portero se rio socarrón. Tomó desde los cabellos la cabeza de mi novia y siguió sosteniendo la tremenda chupada de verga a la que la obligaba. En eso volví a mirar el vergón del negro penetrar a mi novia (es que se me hacía muy difícil no mirar) y noté con horror que el machete que tenía por verga no me la estaba cogiendo por la concha sino que le entraba limpio, con poco o nada de esfuerzo, por el culito exquisito de mi novia. No entraba completo, digamos dos tercios, pero es que la verga era inusualmente larga y gorda. Con cada estocada, sin embargo ?con cada clavada?, la verga del negro se enterraba un poquito más. La piel brillosa, barnizada con la humedad de Malena, llegaba de a poco más y más cerca de los huevos del negro.?¡Malena!?dije entre confundido e indignado? ¡No me parece que ésta sea la primera vez que te lo hacen por atrás!La hija de puta de mi novia comenzó a reírse, y varios de los hombres también. Nunca me sentí tan estúpido y humillado.?Ay, mi amor, ya te dije que estamos en un impasse. En cuanto volvamos a salir, te juro que te digo que lo tengo virgen.Yo ya no la escuchaba. Casi en mis narices tenía la mano derecha del negrazo hundiendo sus dedos en el nalgón de mi novia. Se agarraba con tanta fuerza para clavar más hondo que le enterraba los dedos en la carne. Miré atrás, a la penetración. La verga ya entraba toda, hacía tope y salía casi hasta la cabeza, solo para volver a entrar con fuerza.?¡Te estoy estirando el culo, putita! ¡Cuando te agarre tu novio no lo vas a sentir!Era cierto. Malditamente cierto. Mi pija no era chiquitita, más bien normal, y muy angosta, pero al ver esa o las otras pijas allí, me di cuenta que mi novia no me iba a sentir.?Te lleno el culo de leche, bebé... ?anunció con un bufido.?¡No! ?lo atajó Malena. Por fin un poco de freno en toda esta locura? Aguantame un poquito más que ya me vengo...?¡Malena, ¿otra vez?!!?No hay problema, bebé...?Ay, no jodas, Betusto. Ya sabés lo sensible que me pongo cuando me hacen la cola?No, no lo sabía. Ni siquiera sabía que no era virgen por atrás.?¡Rogá! ¡Rogá, cornudo! Rogá para que no me estiren demasiado?Volvieron a reír. Y volví a rogar, pero esta vez mirando hipnotizado cómo esa manguera entraba y salía del cuerito de mi novia, estirado hasta la circunferencia de un pocillo de café.?No me la estire mucho, por favor? ?le supliqué al negro.?¡Ohhhh?! ¡Sí, sí, sí?! ¡Ahhh...! ¡¡Sí?! ¡Seguí rogando, cornudo, seguí?!?Male, te va a lastimar...?Sí, sí, siiiiii... Mmmmmm? Más fuerte, negro, más fuerte? ¡Rompeme toda!?Por favor??¡No pares, por Dios?! ¡Ohhhhhh? sssíííí?!!?¡¡Señor, tan a fondo no!!Pero la verga iba hasta la base. Salía limpia y entraba hasta hacer tope.?¡¡¡Ahhhhhhhhhhhhhhhh?!!! ?mi novia.?Que quiero que me sienta a mí también??Sí, negro, sí? Llename de leche ahora, llenameeeee...El negro estaba transpirando y bufaba tratando de aguantar su desleche.?Ahí va, pedazo de puta, ahí va??¡¡Asííííí?!! ¡Oh, por Dios, así negro, lléname toda toda toda?!!Quedé petrificado. Estaba de rodillas junto a la penetración. Créanme que vi el tronco del negro ensancharse y latiguear leche a mi amorcito. Fue un instante, pero lo vi. Y a mi novia recibir el lechazo adentro del culo, encantada. El negro se contorsionó todo, puso cara de sufrimiento y mandó el vergazo hacia adelante, lejos.?¡¡¡Ahhhhhhhhhhhhh!!!Le empezó a acabar como un preso. La tenía tomada de las nalgas con sus garras y le llenaba el culo de pija y ahora de leche. ¡Puta, puta, puta!, le gritaba, y miraba la propia penetración que él mismo hacía y continuaba clavando verga dentro del culo de mi mujer. Se estuvo deslechando así un buen rato, insultándola y empujándola con vergazos cada vez más profundos y fuertes. Finalmente terminó de acabarle un litro de semen y pegó un jadeo a****l, casi como desinflándose. Un hilo grueso de leche le salió a Malena cuando la vació de verga, y fue a recorrer lentamente el muslo hacia abajo, por el lado interno.?¡Quiero más pija! ?reclamó mi novia, desconocida por completo.Dos de los tipejos de nombres raros, Enlechador y Rompeculos, vinieron a reemplazar al negro. Me preguntaba cómo dos iban a reemplazar a uno, cuando Manuel, gateando sobre la cama, vino a donde estaba el culazo en punta de Malena.Se juntaron los tres y se dio un momento de cierta zozobra.?Me toca a mí ?reclamó Manuel.?Pero es que esto lo tenemos que hacer entre dos ?dijo el llamado Rompeculos?, y nosotros nos conocemos bien.?Chicos... ?me escuche decir?. Va a haber tiempo para que me la cojan todos...Mi novia me apoyó.?El cornudo tiene razón... Manuel, ¿por qué no te entretenés con él, mientras tanto?¿Malena estaba hablando de mí? Observé a Enlechador acostarse boca arriba sobre la cama. A Male ir y colocarse sobre él. Miré a Rompeculos colocarse detrás de mi novia, mientras ella escondía una mano bajo su vientre, acomodando la garcha del macho que tenía abajo, lista para dejarse clavar. Y mucho más no pude ver, porque Manuel, mi futuro portero, vino hacía mí, me tomó de los pelos y llevó su pija a mi boca.?Mmmfffgggh? ?me sorprendí con la boca llena de verga.?Muy bien, Betusto...Me saqué como pude el glande gordo y gomoso.?¿Qué carajo? ¡Malena, este tipo me metió la pija en la boca!Malena, que ya estaba ensartada en la concha por el de abajo, me miró mientras Rompeculos le tomaba las nalgas y se acomodaba detrás de ella.?¡Ay, Betu, no empieces...! No me vas a arruinar el cumpleaños, eh? ¡Agarrá la pija del señor Manuel y chupá!El portero no esperó por mi respuesta. Volvió a agarrarme de los pelos y a obligarme a tragar verga.?Así, putito, muy bien?Nunca había hecho nada semejante. Ante la irrealidad del evento recuerdo que lo que más me preocupó en ese momento fue qué consecuencias me traería eso que me estaba haciendo el portero en mi futura convivencia en el edificio. De seguro no iba a ser buena.Mientras la verga de Manuel horadaba mi boca y me forzaba a masticar carne, de reojo observé lo que le estaban haciendo a mi novia. Rompeculos ya le había separado las nalguitas a Malena y le arrimaba una vara de carne de dimensiones temibles.Escupió. Ensalivó. Masajeó el ano de mi novia, aunque con cierta dificultad porque Enlechador se la estaba clavando desde abajo y hasta los huevos, y eso le sacudía el culo para arriba y para abajo con cada pijazo.?Los dientes, putito, los dientes? ?me reclamó el portero, que me tenía ahora tomado por las dos orejas y me cogía la boca. Abrí más para no lastimar la verga del Sr. Manuel, y el solo movimiento hizo que me mandase la verga más adentro.?¡Aggggggghhhh?!?Muy bien, putito, tragá... Tragá... Tragá...Rompeculos ya había apoyado la cabezota de su garcha en el delicado agujerito de mi novia.?Ahí te va, putón ?avisó. Vi cómo Male dejó de montar la pija, quedando como suspendida en el aire por un segundo, ensartada abajo pero expectante por la segunda pija.Vi cómo Rompeculos empujó lleno de lascivia y mi novia entrecerró los ojitos.?Síííííí... ?murmuro la muy puta.Y el glande gordo, lleno, penetró por completo el culito virgen de mi novia.?Mmmgggfff? ?volví a quejarme.Rompeculos empujó y clavó un poco más. La verga, muy ancha, avanzó con dificultad, lentamente, hasta un cuarto de pija.?Ohhhh, por Dios... ?rezó Rompeculos, aferrado con sus uñas a cada nalga, observando con malicia la profanación?. Qué rico se siente este culazo, putón...El de abajo no se movía, y mi novia tampoco. Se notaba el esfuerzo por resistir la cola en su lugar para que Rompeculos le fuera clavando. Mientras que mi futuro portero me seguía cogiendo la boca y murmurando ?Sí... Sí?? con voz jadeada, el otro maldito empujó más y clavó otro tramo de verga.?Ohhhhhh... ?gimió Malena.Un par de bombeos de Rompeculos dentro del culito de mi novia facilitaron la lubricación, y en un minuto mi novia ya tenía media pija entrando y saliendo hasta la mitad. El de abajo empezó a moverse también. La tenía enganchada hasta los huevos, y se miraba con su amigo por sobre el hombro de mi novia, buscando una coordinación. Cuando uno quitaba media verga, el otro arremetía. Y mi novia, clavada constantemente y ensartada de pija, empezó a gemir e insultar.?Siiii? Oh, sí? Por Dios, qué llena de pija me siento?Cada vez que el portero se detenía para no acabar y estirar la chupada, yo tenía la oportunidad de ver mejor. Con cada estocada, el vergón gruesísimo de Rompeculos se metía más y más dentro del culito de mi novia. Era poco. Quizá un centímetro o menos, pero como no paraban de bombearla, la verga se iba introduciendo sin remedio.?¡Por Dios, qué estrechito tenés el cuerito, mi amor!Y se agarraba de las nalgas y metía fierro para adentro.?No paren... No paren que me vengo... Por Dios no paren?Los que se la estaban cogiendo sonrieron entre ellos y ?conocedores de este asunto de la doble penetración? aceleraron visiblemente la serruchada.?Sí, sí, sí? ?jadeaba Malena?. Así, así... Dios, nunca me cogieron tan bien??¡Ey! ?me quejé. Yo me la había cogido varias veces y estaba casi seguro que me la había cogido igual de bien.Rompeculos, sin dejar de bombear adentro de mi novia, me miró con sorna y comentó:?¡Cornudo, qué buen orto tiene tu novia, cómo lo estoy disfrutando?!Me quité la verga de Manuel un segundo de la boca y procuré mantenerme digno.?No es mi novia ?dije con baba y pre leche chorreando de la comisura de mis labios?. Estamos en un impasse.Fue terminar de decir eso y mi novia estalló en un orgasmo explosivo.?¡No podés ser tan cornudooo...! ¡¡Ahhhhhhhh...!!El portero volvió a tomarme de las orejas y otra vez me llenó la garganta de pija.Los otros dos hijos de puta se seguían clavando a mi novia como si fueran una máquina de coger perfectamente engrasada.?¡Ahhhhhhhh?!!!?¡Si, putón, sí! ?la animaba Rompeculos.Enlechador dijo:?¡No aguanto más! ¡Te lleno, bebé!Mi novia no paraba de acabar y de humillarme.?¡Cornudo, esto es una cogida! ¡A ver si te avivás de una puta vez!Pero como el de abajo comenzó a soltarle la leche adentro, Malena no finalizó su polvo, lo encadenó al otro.A estas alturas Rompeculos ya le mandaba pija hasta la base. El ruido en la habitación era terrible. El calor y la transpiración le ponían brillo a las nalgas de mi novia, que se chocaban contra el abdomen del vividor.No sé cuánto duraron los orgasmos de mi novia. En un momento Rompeculos comenzó a jadear fuerte, a bufar como si estuviera muriendo, y a insultar a Male. ?Puta, puta, putaaaa?, le decía, y entonces estalló y mandó la pelvis tan adelante y tan brutalmente que temí que la lastimase. Se estuvo sacudiendo adentro de mi novia como uno o dos minutos, llenándomela de leche hasta que el cuerito angosto y ensanchado, estirado y taponado por la misma pija que la llenaba, comenzó a rebalsar.Los machos se retiraron, exhaustos. Malena quedó sobre el colchón, codos y rodillas apoyadas, y culo en punta hacia el techo.?Limpiá, mi amor.Manuel ya no me obligaba a chuparle la pija, se había ido hacia el culo de mi novia.?Yo no voy a tocar eso ?me rebelé?. ¿Estás loca??Dale, no empieces... Límpiame, no seas malo.Tomé la sábana y la llevé hacia el culazo de mi novia.?¿Qué hacés, tarado? ?se enojó Malena.Dudé. Era todo tan irreal que quizás había imaginado el pedido.?Voy a? limpiarte.?¡Con la lengua, pelotudo!Fue tan agresivo el comentario que me descolocó un poco.?¿Estás en p**o, Malena?Entonces mi novia me miró con carita de enamorada, me sonrió y me pidió dulcemente:?¡Daaleee! Si me limpiás, amor, mañana mismo volvemos a ser novios.Abrí los ojos emocionado, sonreí como un niño y me zambullí en sus agujeros para limpiarle todo el semen de estos dos machos, y de los seis machos anteriores.Mañana volveríamos a ser novios.Fin
08-15-2021, at 01:59 AM
Alýntý
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