Otra despedida de soltera y van...

Otra despedida de soltera y van...Por fin María Julia se casaba, después de tantos vaivenes y tantos novios. Eso me dejaba en la incómoda posición de quedar como la última soltera del grupo; pero todas mis amigas me envidiaban, porque, comparando tamaños, mi novio era quien la tenía más larga?Unos días antes del acontecimiento, festejamos su despedida de soltera. Otra de mis amigas, Fabiana, me comentó que había sido contratado un show de strippers para la fiesta. Todo transcurrió con normalidad: hubo rica comida y buenos vinos.Cerca de la medianoche, tocaron a la puerta y Fabiana fue a abrir.Entraron dos magníficos ejemplares del sexo masculino, uno de ellos vestido de cowboy con ropa entallada, con lentes oscuros botas de cocodrilo y sombrero texano. El otro era un moreno vestido de obrero, con casco metálico y un mameluco color naranja.Ambos parecieron enloquecer a más de una de las invitadas, sin embargo, yo permanecí con mi actitud de aburrimiento, pensando si estos dos flacos la tendrían tan grande como la de mi amado Víctor?El primero en hacer su acto fue el cowboy, que durante una pieza de música electrónica se fue paseando por la sala de la casa, acercándose a cada una de las invitadas que extendían sus manos para toquetearlo.Las enloqueció cuando se quitó la camisa de cuadros y después con un rápido movimiento arrancó los ajustados jeans de su musculoso cuerpo. Quedó vestido solamente con una pequeña tanga de color negro.El segundo stripper pronto comenzó su parte. Este moreno, llamado Charlie, hacía movimientos mucho más audaces y con mucha sensualidad.Quedó en tanga mucho más rápido que su compañero. Su físico parecía tallado a mano. De repente me despabilé, admirando musculatura de piel oscura, que brillaba bajo una fina película de sudor. Sus contoneos sensuales los combinaba con algunas poses de físico culturismo, que lo hacían parecer arrogante, pero su espléndida sonrisa lo hacían muy atractivo. Era bastante moreno, sin llegar a ser negro?Una de las chicas, Lorena, la más calentona de todas, saltó al cuello de Charlie y se prendió de sus labios en un beso interminable.Entonces se levantó una señora bastante mayor, llamada Silvia, que era la tía de la agasajada. Charlie la había llamado y la mujer se mostró contenta de haber sido la elegida entre tantas mocosas.Entonces el stripper moreno tomó las manos de Silvia para colocarlas en sus caderas, sobre su diminuta tanga y entonces con un gesto le indicó que se la bajara. La mujer dudó unos instantes; pero el griterío de todas las mujeres, incluyéndome, la animó a seguir adelante.Silvia finalmente cerró los ojos y deslizó la tanga por los muslos de Charlie.Todas pudimos apreciar que tenía una verga increíble. Era larga y de gran volumen, cubierta de venas y ya estaba tan endurecida, que parecía a punto de explotar. Me quedé con la boca abierta; esa cosa era mucho más apetecible que la poderosa pija de mi adorado Víctor?Entonces Lorena saltó otra vez hacia adelante y le arrancó la tanga al Cowboy, quien seguía balanceándose a un lado con la música. El tipo también cargaba una verga interesante?Mis amigas enloquecidas comenzaron a aullar, pidiendo acción.Charlie miró a María Julia, pero comenzó a toquetear a la veterana Silvia, quien no se resistió para nada a esos avances. En lugar de incomodarse, ella también siguió acariciando ese cuerpo moreno.El Cowboy comenzó a hacer lo mismo con Lorena, hasta que le deslizó la falda y una discreta tanga de algodón hasta los tobillos.Silvia fue desnudada completamente por Charlie, que la tomó desde atrás y comenzó a frotar su verga erecta contra los redondos glúteos de esa mujer madura. De repente el moreno la hizo inclinar hacia adelante y la penetró desde atrás, aferrándola por las caderas. Silvia cerró los ojos y comenzó a gemir, mientras Charlie la bombeaba a un buen ritmo?Lorena no opuso resistencia cuando el Cowboy la hizo recostar sobre un sillón y le abrió las piernas. Enseguida la cubrió con su fornido cuerpo y el grito de Lorena nos indicó que esa verga realmente era gruesa?Algunas invitadas se acercaron para apreciar de cerca cómo entraban y salían las enormes pijas de esos dos strippers.Miré a María Julia, que hasta ahora nadie había tocado. Ella se levantó y se dirigió hacia la cocina.Mientras tanto, ambos strippers hicieron acabar a Lorena y a Silvia.Apenas quedaron libres, ambos fueron atacados por otras dos amigas que se dedicaron a lamer y chupar esas pijas ahora algo relajadas?Mientras mis dos amigas eran cogidas al estilo perrito, Fabiana, la organizadora, entró a la sala con un tercer hombre. Era muy corpulento, todo vestido en cuero negro y con anteojos ahumados.Era el verdadero Terminator?Al compás de la música comenzó a desnudarse y pronto pudimos ver que estaba tan bien dotado como sus amigos. Una vez completamente desnudo, Fabiana preguntó quién sería la primera en probar al Terminator?Se levantaron al mismo tiempo Diana y Alejandra, aunque Diana fue más rápida y llegó de un salto junto a ese hombre fornido y musculoso.Mientras tanto, el Cowboy y Charlie ya iban por una tercera ronda?Diana dejó que el Terminator la desnudara con mucha rapidez. Enseguida él se sentó en una silla frente a nosotras y Diana cabalgó esa verga enorme y tiesa. Mi amiga parecía enajenada mientras subía y bajaba su concha empalada en esa cosa gigantesca. La hizo acabar muy rápido.Apenas Diana desmontó, el Terminator le indicó a Alejandra que ella era la siguiente. Sin perder tiempo ni desvestirse, Ale solo se deslizó la tanga a un lado y se empaló ella misma sobre esa pija magnífica. El Terminator hizo acabar a otras tres invitadas sin siquiera agitarse él.Finalmente fue el turno de la novia, María Julia. Pensé que no iba a animarse, porque era bastante tímida y amaba demasiado a su prometido. Pero me sorprendió ver que María Julia se levantaba sin dudar y se desabrochaba sus ajustados pantalones. El Terminator le detuvo las manos y él deslizó los pantalones de mi amiga hasta sus rodillas. Pude ver que su tanga estaba totalmente empapada. Luego el hombre la hizo inclinar sobre la silla y la tomó por la cintura, penetrándola desde atrás?Ella estaba totalmente indefensa, a merced de la voluntad del Terminator.El tipo la cogió con delicadeza y lentamente, logrando que María Julia tuviera un orgasmo cada dos minutos. Le masajeaba el clítoris con los dedos, mientras la embestía sin pausa.Después del quinto orgasmo, ella declaró entre gemidos entrecortados que ya no podía más. Todas las invitadas la aplaudieron a rabiar.El Terminator se deslizó fuera de esa concha ahora muy dilatada y chorreante. Nos miró a todas a través de sus gafas oscuras, tratando de adivinar a quién de nosotras le faltaba probar esa magnífica verga dura? Entonces mis amigas comenzaron a corear mi nombre, provocando que el Terminator sonriera por primera vez. Me puse de pie, pero para tratar de escapar hacia la cocina. Esa verga me iba a destrozar?Mis amigas obstruyeron el paso y, cuando quise acordarme, el Terminator me aferró por la cintura y me llevó en volandas hasta el centro del salón.En un par de segundos, varias manos femeninas me dejaron desnuda.Ya no podía resistirme más. Para colmo, la visión de esa verga enorme y chorreante me había excitado demasiado, al punto de sentir humedad entre mis muslos.Enfrenté al Terminator, que me esperaba sentado otra vez en la silla. Pasé una pierna a cada lado de su cuerpo y despacio fui descendiendo sobre esa verga erecta, bien lubricada por muchos otros fluidos vaginales?El hombre me sostuvo suavemente por mis caderas y Fabiana abrió mis cachetes para que esa pija enorme se deslizara en mi raja. Me sentía empapada, casi comenzando a chorrear mis jugos. Entonces sentí esa cabeza que rozaba mis labios vaginales. Cerré los ojos y me entregué?Lo fui sintiendo; poco a poco y muy despacio fue llenando mi hambrienta concha. Me sentía muy bien lubricada y eso facilitó la penetración.Dejé escapar un largo suspiro cuando sentí que la punta había llenado el fondo de mi vagina. Recordé a Víctor y traté de no pensar en lo que pasaría si se enterara de lo que estaba haciendo con este otro hombre?El Terminator comenzó a moverse mientras me amasaba las tetas con delicadeza. Comencé a sentir placer en sus acometidas que me llegaban a lo más profundo. Me excitaban los gritos de mis enloquecidas amigas animándome; pero mi atención estaba puesta en esa poderosa verga que me estaba empalando por completo.Me excitó todavía más ser el centro de la atención. Después de cabalgar por más de cinco minutos, sentí que estaba cerca el orgasmo, pero apreté los músculos internos de mi vagina, atrapando su verga que me estaba enloqueciendo. Noté que esto le gustaba al Terminator, que casi me sonreía detrás de sus gafas oscuras?Apreté mis labios para contenerme; no quería acabar tan rápido como todas mis amigas.Pero el tipo adivinó mis pensamientos y acercó su mano a mi concha.Hundió un dedo y comenzó a masajear mi clítoris en círculos.Respiré profundo y me mordí el labio inferior; así iba a llegar al orgasmo mucho más rápido.Decidí tomar el control de la situación. Comencé a contonear mis caderas hacia un lado y otro, sintiendo esa hermosa verga del Terminator.Pude ver que su cara se enrojecía, ahora él era quien estaba a punto de acabar. Yo continué moviéndome sobre su verga, mirándolo directo a los ojos y sonriéndole con malicia?Dejó de masturbarme con su dedo y comenzó a azotarme la cola.Era evidente que ya estaba perdiendo el control?De repente sentí una descarga caliente invadiendo mi concha. Entonces me levanté, dejando escapar su endurecida verga que ahora disparaba chorros abundantes de semen. La tomé con mi mano y lo masturbé, para demostrar a mis amigas que por fin lo había hecho acabar?Finalmente, mientras las invitadas aplaudían a rabiar, me incliné sobre esa verga magnífica para darle una mamada magistral. Después de hacerlo acabar en mi boca, Fabiana declaró que yo era la ganadora de la noche; ya que todas las demás habían tenido un orgasmo en menos de tres minutos.Un rato después, mientras las invitadas rodeaban al Terminator y a sus dos compañeros, María Julia tomó mi mano y me arrastró hacia el baño.Nos encerramos allí y mi amiga sonrió, mientras se arrodillaba frente a mí, diciendo que ahora era su turno para por fin hacerme acabar?